Dr. Luis Miguel Torres: «La deficiencia de vitamina D se asocia con diversos tipos de dolor crónico»
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Según la Revista Española de Cardiología, la vitamina D es una sustancia esencial para el organismo, que interviene en múltiples procesos fisiológicos, como el metabolismo óseo, la función inmune, la regulación hormonal y la modulación del sistema nervioso central. Sin embargo, la Sociedad Española de Endrocinología y Nutrición (SEEN) estima que alrededor del 40% de la población española presenta niveles insuficientes de vitamina D, lo que puede tener consecuencias negativas para la salud.
Entre los efectos adversos de la deficiencia de vitamina D, se encuentra el aumento del riesgo de padecer dolor crónico. Además, en un informe de la Sociedad Española del Dolor (SED) se ha afirmado que una condición que afecta a cerca del 26% de los españoles y que se caracteriza por ser persistente, incapacitante y difícil de tratar. El dolor crónico puede tener diversas causas y manifestarse en diferentes partes del cuerpo, como la espalda, las articulaciones, la cabeza o los nervios periféricos.
Para profundizar en este tema, contamos con la experta opinión del jefe de Servicio de Anestesia-Reanimación y Tratamiento del Dolor, y director de Departamento de Cirugía en el Hospital Universitario Puerta del Mar de Cádiz, además de presidente de la Sociedad Española Multidisciplinar del Dolor (SEMDOR), el doctor Luis Miguel Torres Morera.
PREGUNTA.- ¿Qué síntomas o signos pueden indicar una deficiencia de vitamina D en una persona con dolor crónico?
RESPUESTA.- El dolor crónico es un problema de salud que afecta a muchas personas en el mundo. La vitamina D, que se conoce por su papel en la salud ósea, también podría estar relacionada con el dolor crónico. La vitamina D tiene efectos antiinflamatorios, neuromoduladores y musculares, que podrían influir en la sensación de dolor. Varios estudios han encontrado una correlación entre la deficiencia de vitamina D y el dolor crónico, y algunos han mostrado que la suplementación con vitamina D puede aliviar el dolor, especialmente en los pacientes con niveles bajos de esta vitamina.
La vitamina D es una sustancia que se obtiene principalmente de la exposición al sol, pero también se puede obtener de algunos alimentos o suplementos. La deficiencia de vitamina D es común en algunas poblaciones, y puede tener consecuencias negativas para la salud. Por lo tanto, es importante mantener unos niveles adecuados de vitamina D para prevenir o tratar el dolor crónico.
La relación exacta entre la vitamina D y el dolor crónico es aún objeto de investigación, pero se han propuesto varios mecanismos potenciales:
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- Regulación de la Inflamación: La vitamina D ha demostrado tener propiedades antiinflamatorias. Se ha propuesto que la deficiencia de vitamina D puede exacerbar la inflamación, contribuyendo así al inicio o persistencia del dolor.
- Neuromodulación: Existen receptores de vitamina D en varias regiones del sistema nervioso central. Estos receptores juegan un papel en la modulación del dolor y la percepción del mismo.
- Regulación de la Función Muscular: La deficiencia de vitamina D puede comprometer la función muscular y la fuerza, lo que conduce a un aumento en el dolor musculoesquelético.
P.- ¿Qué beneficios tiene la suplementación con vitamina D para los pacientes con dolor crónico? ¿Qué dosis y duración son las más adecuadas?
R.- La vitamina D es una hormona que tiene múltiples funciones en el organismo, entre ellas la modulación del dolor. La vitamina D se produce en la piel por la exposición al sol, pero también se puede obtener de algunos alimentos o suplementos. La deficiencia de vitamina D es común en algunas poblaciones, y puede estar relacionada con el dolor crónico. La vitamina D actúa sobre los receptores que se encuentran en las células inmunes, las neuronas y las células inflamatorias, influyendo en la sensibilidad y la percepción del dolor.
Varios estudios han investigado los efectos de la suplementación con vitamina D en pacientes con dolor crónico. Los resultados sugieren que puede reducir el dolor crónico, especialmente en aquellos con niveles bajos de esta hormona. Además, la vitamina D puede mejorar la función y la calidad de vida en estos pacientes. Sin embargo, se necesita más investigación para determinar las dosis óptimas de vitamina D y los mecanismos exactos de su acción sobre el dolor. Los profesionales de la salud deben considerar la medición de los niveles de vitamina D en pacientes con dolor crónico persistente y tratar la deficiencia si es necesario.
P.- ¿Qué evidencia científica respalda la relación entre la vitamina D y el dolor crónico? ¿Qué mecanismos fisiopatológicos están implicados?
R.- La vitamina D es una hormona liposoluble esencial para la regulación del calcio y el metabolismo del fósforo. Aunque la función principal de la vitamina D ha sido históricamente relacionada con la salud ósea, estudios recientes sugieren un papel más amplio en la salud, incluido el sistema inmunológico, la respuesta inflamatoria y el sistema nervioso central.
Existe evidencia de que la vitamina D actúa como inmunomodulador o regula la producción de citoquinas antiinflamatorias. La deficiencia de vitamina D tiene un gran impacto negativo en los pacientes con dolor crónico por su acción en tejidos como el sistema nervioso central, el sistema endocrino, el sistema inmune, la producción de citoquinas antiinflamatorias, la protección frente a enfermedades autoinmunes o inflamatorias, entre otros. Incluso, hay evidencia que sugiere que los niveles bajos de vitamina D se asocian a más riesgo de mortalidad. Todo ello, y en concreto los efectos beneficiosos que ha demostrado a nivel del sistema nervioso central (SNC), junto con su potencial antiinflamatorio, plantea su papel en el tratamiento del dolor.
P.- ¿Qué papel tiene la vitamina D en la prevención o el tratamiento de enfermedades asociadas al dolor crónico, como la fibromialgia, la artritis reumatoide o la osteoporosis?
R.- Esta vitamina es una sustancia que tiene múltiples funciones en el organismo, entre ellas la modulación del dolor. Se ha observado que la deficiencia de vitamina D se asocia con diversos tipos de dolor crónico, como la fibromialgia, el dolor lumbar, el dolor osteoarticular y el dolor de cabeza. La vitamina D podría actuar sobre el dolor mediante la regulación de la inflamación, la neuromodulación y la función muscular. Varios estudios han demostrado que la suplementación con vitamina D puede aliviar el dolor crónico, especialmente en los pacientes con niveles bajos de esta vitamina.
La relación entre la vitamina D y el dolor crónico es un tema de interés científico actual. Se han propuesto varios mecanismos para explicar cómo la vitamina D podría influir en el dolor, pero se necesita más evidencia para confirmarlos. La vitamina D se obtiene principalmente de la exposición al sol, pero también se puede obtener de algunos alimentos o suplementos. La deficiencia de vitamina D es común en algunas poblaciones, y puede tener consecuencias negativas para la salud. Por lo tanto, es importante mantener unos niveles adecuados de vitamina D para prevenir o tratar el dolor crónico.
P.- ¿Qué recomendaciones daría a las personas con dolor crónico para mejorar su exposición solar y su alimentación con respecto a la vitamina D?
R.- Los pacientes con VDD y dolor se benefician de una normalización de los niveles de 25(OH)D en sangre, especialmente en las personas con obesidad o sobrepeso. También es sabido que precisamente las personas con obesidad o sobrepeso tienen más probabilidad de tener déficit de vitamina D.
Los niveles adecuados de vitamina D se determinan midiendo los niveles de 25(OH)D en sangre, que es el marcador admitido como referencia y, aunque no es la forma activa de la vitamina D, sí que es el metabolito intermedio, que es fácil de medir en una analítica rutinaria.